Mapuche y no mapuche llegaron hoy al mediodía al centro de Santiago donde la Corte Marcial, compuesta por dos civiles y tres uniformados, escuchó el alegato del abogado defensor del carabinero Patricio Jara Muñoz, quien mató de un balazo por la espalda al comunero mapuche Jaime Mendoza Collio, en una actividad de recuperación territorial en el fundo San Sebastián en Collipulli el 12 de agosto de 2009 y que posteriormente le causó la muerte. El policía solo recibió en el 2011 una condena de 5 años decretada por el tribunal militar, pese a que el fiscal del caso Rodrigo Lamas había solicitado 15 años y cuya condena como era en primera instancia, Jara Muñoz la cumple en funciones administrativas en Carabineros y el sumario interno en su contra ha durado mucho más de los 60 días correspondientes.
Como sucedió el año pasado, la resolución judicial no se entrega inmediatamente, ya que es la metodología que se usa cuando se llega a tribunales por una causa mapuche, éste será redactado y pronunciado en 20 días, y de acuerdo a lo expresado por el abogado Lorenzo Morales, se mantiene la esperanza que se apegue a la legalidad, y que no se convierta en una aberración más de la Justicia cuando favorece a los uniformados que han cometido estos delitos y que son penas del infierno a quienes defienden su territorio y su dignidad contra penas irrisorias, después de ascensos y premios, a los represores y asesinos.
Así funcionan los procedimientos con actores impunes, avalados por el estado y los gobiernos de turno, acompañado del aparataje comunicacional donde justifican sus acciones, defendiendo la represión y haciendo creer a todo el mundo que la policía es víctima del “mapuche terrorista” y que el “heroico policía” solo hace uso de su legítima defensa, tal como lo señalara, por instrucciones de su jefa Michelle Bachelet, el subsecretario del interior Patricio Rosende en el año 2009: “la policía había herido al joven en un acto de legítima defensa”. Nadie después publicitó ni se refirió al tema cuando los peritajes del Servicio Médico Legal descartaron estas versiones, pues indicaron claramente que Jaime Mendoza Collío recibió un disparo por la espalda y a escasos metros, presumiblemente cuando intentaba escapar de la persecución de la policía militarizada. Lo que además deja como falso testimonio lo manifestado en ese entonces por el general de carabineros de la Araucanía, Iván Bezmalinovic, en ese entonces Prefecto de Carabineros de Malleco, quien aseguró a los medios que el comunero habría disparado en contra de la policía y que portaba una escopeta, además exhibieron un chaleco antibalas y un casco que presentaba innumerables impactos de perdigones, con los cuales pretendía justificar el actuar de su subalterno y presentarlo como un acto de legitima defensa.
Los ataques del estado contra las comunidades mapuche han causado la muerte y represión a miles de comuneros a lo largo de la historia y ese 12 de agosto, una más de ellas: la de un joven de 24 años que creció entre los frondosos parajes de la comunidad Requem Pillán, ubicada 20 kilómetros al sur de Collipulli en los faldeos de un cordón de montañas, que ahora está sembrado con pinos y eucaliptos de propiedad de las empresas forestales Mininco y Bosques Arauco y que al igual que muchos de sus ancestros, pereció luchando por el reconocimiento de sus derechos y la recuperación de sus tierras.
La familia, a través de su abogado, Lorenzo Morales, no apeló al primer fallo por su profunda desconfianza ante la Justicia Militar, como lo ha dicho la madre del comunero, pero ahora se habían sumado a la apelación de las partes, por lo que se trasladaron a Santiago para estar presentes en la Corte Marcial. Morales señaló que “Aquí hay más de siete peritajes en contra del cabo Jara, un conjunto de testimonios que van en contra del cabo Jara, incluso compañeros de armas de él dicen que nunca vieron a nadie, a ningún mapuche. Hay dos funcionarios de Carabineros que señalan que nunca vieron a ningún mapuche con arma”, señaló el abogado Morales.
Así ahora, el funcionario de carabineros sigue en servicio con la mínima condena por uso de “violencia innecesaria con resultado de muerte” como se indicó en el fallo de 2011 y la familia de Jaime Mendoza Collío, a la espera de la redacción de un fallo definitivo que estará en manos del ministro Billard, quien tiene veinte días de plazo para emitirla.
Jaime Mendoza Collío, una víctima y mártir de la larga lucha de las comunidades mapuche por la recuperación territorial ancestral y una nueva respuesta estatal cuando se debe condenar a un funcionario que haciendo uso de su uniforme, avalado por las directrices del mando policial y del gobierno de turno, no les tiembla la mano para reprimir y asesinar para resguardar los intereses del capital como serviles guardias de seguridad de empresarios forestales que usurpan territorio y recursos al sur del Bío Bío.
“La muerte de Jaime hará vivir a muchas consciencias de los mapuche, a muchos jóvenes que queremos luchar de verdad por nuestras tierras. Mientras haya un mapuche de pie en el wallmapu seguiremos reivindicando este derecho”, pronunció el día del funeral el werkén Rodrigo Curipan y son palabras vigentes que se escuchan cada día con más fuerza.
Gonzalo Manquepillan O.
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