*** Y EL CENSO DE 2012 MUESTRA QUE SOMOS MÁS DE UN MILLÓN Y MEDIO DE MAPUCHE, SOMOS UN PUEBLO VIVO, SOMOS LOS HIJOS DE LOS QUE NO PUDISTEIS MATAR ***

domingo, 6 de noviembre de 2011

Alex Lemún vive en la lucha diaria de su pueblo en el proceso de reconstrucción del Pueblo nación Mapuche

Se cumple un año más del asesinato de Edmundo Alex Lemún Saavedra y son múltiples las actividades que se realizan para conmemorar aquel sangriento episodio que nos deja un joven mártir cuya sangre regó el territorio y hoy fluye en sus hermanos y hermanas que siguen luchando en la tarea de la reconstrucción del Pueblo Nación Mapuche como él lo realizaba allá en Ercilla integrando  la Coordinadora Arauco Malleco hasta el 7 de noviembre de 2002 cuando recién cumplía los 17 años.

Su apellido en mapudungun significa “del bosque”, y justamente el vivía ahí, en un bosque sembrado de pinos y eucaliptos que exterminaba la tierra ancestral donde su comunidad realizaba sus rituales sagrados, sus plantaciones que daban sustento diario y donde se respiraba la libertad hasta antes de llegar el invasor forestal. Eso lo llevó a comprender la lucha por el territorio y la liberación de su pueblo.

Alex Lemún, pertenecía a la comunidad Montutui Mapu, del sector Agua Buena, que en ese momento reivindicaba un predio en conflicto con Forestal Mininco, el fundo Santa Elisa en la comuna de Ercilla, y recibió un disparo en la cabeza que lo hizo agonizar por cinco días. Su asesino, el oficial de Carabineros Marco Aurelio Treuer, gatilló una escopeta winchester cargada con municiones de plomo. Treuer, premiado por el gobierno de la concertación fue ascendido y hoy es un teniente coronel en servicio activo del departamento de transportes de la institución represora del pueblo mapuche.

La muerte del joven weichafe se dio en el marco de la ofensiva que realizó el gobierno en esa época contra numerosas autoridades originarias y dirigentes mapuche, demostrando que el Estado chileno es consecuente con sus principios rectores, imponiendo sus políticas “Por la razón o por la fuerza”. Muchos de ellos fueron sometidos a juicios, encarcelados y algunos condenados en un fallido intento por desarticular el movimiento mapuche.

Nadie pudo desmentir el crimen, hasta la misma institución lo reconoció. Sin embargo, las demandas judiciales, los pronunciamientos internacionales, las tantas manifestaciones, nada ha logrado hacer justicia y el responsable aun en la impunidad. Incluso el padre de Alex, Edmundo Lemún Necul, viajó a Ginebra a la asamblea de DDHH de Naciones Unidas y entregó su testimonio señalando que su comunidad y familia quiso en múltiples oportunidades transmitir al gobierno y a los tribunales el deseo de percibir un camino de justicia, pidiendo en reiteradas oportunidades audiencia con el presidente de la republica Ricardo Lagos, lo que obviamente jamás se materializó.

Es importante recordar a Alex, no como una víctima, sino como un ejemplo de cómo vivió y por lo que luchó. No es una víctima el que con decisión se entrega y lucha por sus derechos. Víctima son todos aquellos que no pelean, los que no reaccionan cuando día a día les son pasados a llevar sus derechos, por un modelo económico que busca perpetuar y consolidar la injusticia social, la depredación de los recursos naturales solamente para favorecer la riqueza de algunos pocos.

En este noveno aniversario del asesinato del weichafe vemos como la justicia mapuche aflora día a día en las comunidades. Resistiendo en Temucuicui y Pilmaiken, en Trafún y Mehuín, en todo el territorio ancestral donde las comunidades están ejerciendo sus derechos territoriales, continuando por la senda que con su vida defendieron nuestros weichafes Lemún, Catrileo y Mendoza Collío.

Eso hace que la muerte no sea en vano y ellos estén más presentes que nunca junto a nosotros, junto a su pueblo, en la diaria lucha por esa Reconstrucción del Pueblo Nación Mapuche.

Gonzalo Manquepillán O.
(Publicado en KaosEnLaRed - El Rodriguista - Voces Obreras - PrensaLibre)





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