En la Comunidad Mapuche Antonio Paillao, en el sector de Colcuma, cerca de dos kilómetros del pueblo de Tirúa, se ubica el fundo La Herradura el que en sus cerca de 190 hectáreas posee tres lagunas, bosque nativo, salida al mar y tierra virgen de muy buenas características para el cultivo agrícola y la cría de animales.
De acuerdo a los registros del Servicio Nacional de de Geología y Minería (SERNAGEOMIN), el terreno se encuentra en exploración por parte de la minera Santa Fe y es de propiedad del empresario minero Leonardo Farkas Klein.
En dicho territorio la franja de tierra se encuentra actualmente en conflicto, desde que en diciembre del 2010 comuneros mapuche decidieran recuperarla y evitar así la intervención minera en la zona. En Enero de este año un nguillatún dio indicio al proceso de recuperación, desde esa fecha se han realizado múltiples actividades, palín, encuentro de mujeres, y un ultimo nguillatún el 15 de octubre, al cual asistieron comuneros de Tirúa, Lleu Lleu, Valdivia y Temuco. En este sentido expresa un comunero "se cumplió un primer objetivo que es detener el puerto minero".
Según lo informado por el medio digital resumen.cl, en estos días seis familias decidieron ingresar al predio, y ya han sembrado arvejas y papas, y dan de pastar a los animales. Como bien explican los comuneros, además de detener el proyecto minero, la recuperación es una necesidad para las familias mapuche que se han visto forzadas a vender sus tierras a las empresas forestales o han sido arrebatadas ancestralmente, muchos de ellos arrastrados al pueblo se encuentran con la cesantía y la pobreza de Tirúa.
Lucia, presidenta de la Comunidad Antonio Paillao, señala que el vocero de Farkas que conversó con ella, indicó que el empresario confió el fundo La Herradura a un corredor de propiedades con oficina en Temuco y que la intención de Farkas es vender y evitar el conflicto con las comunidades. También indicó que de ningún modo habría diálogo con los mapuche que ingresaron al predio, ni siquiera para venderles la tierra.
Es necesario además tener en cuenta que la Conadi por su parte ignora y castiga a los comuneros que no estén inscritos en el registro oficial de comunidades que ellos manejan a su antojo, por lo que la única legítima salida es comenzar con un proceso de recuperación que los lleve a seguir viviendo y nutriéndose de la tierra que les pertenece.
La comunidad mapuche fue enfática en advertir que quienes tengan intención de comprar la tierra en conflicto, deben estar dispuestas a enfrentarse a las comunidades que ya han decidido recuperar sus tierras y su cultura, y que con o sin la Conadi esperan se sumen mas familias a este proceso.
Gonzalo Manquepillán O.
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