lunes, 19 de noviembre de 2012

Un día con los Presos Políticos Mapuche de la CAM


A principios de este año 2012, un intenso y humano relato escrito por Fabiola Meneses Pinto en su personal espacio en la red social, me llamó la atención por demostrar que cuando se expresa la palabra solidaridad, también es muy importante que sea aplicada. En estos momentos, cuando los Presos Políticos Mapuche Héctor Llaitul y Ramón Llanquileo se encuentran en una nueva Huelga de Hambre iniciada el 14 de Noviembre, cobra real vigencia por el testimonio de solidaridad en un día que para ella fue especial, ya que en su tradicional periodo vacacional no quiso estar ausente y aprovechando un viaje al sur en esa época, se hizo presente ahí, en la cárcel, en ese lugar donde están recluidos los Presos Políticos Mapuche en Angol.

El extracto de su relato dice así:

“…Camino a Santiago coincidimos con un día de visita de los presos políticos mapuche (PPM) en Angol… He tratado de seguir la lucha de a Héctor Llaitul, Ramón Llanquileo, Jonathan Huillical y José Huenuche, de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), el primero condenado bajo la ley antiterrorista a 14 años,  los demás a 8 años, por supuestamente haber emboscado a un fiscal….

“No sabia que llevarles para no llegar con las manos vacías, al final pasé a un almacén afuera de la cárcel y compré cuatro chocolates (cruzando los dedos que les gustarán). Primero le pregunté al señor del almacén si en esa cárcel estaban los PPM, “si en ésta” me dijo, “siempre las visitas pasan acá a comprarles cosas”. Agregó “Yo me porte re bien con ellos cuando estuvieron en huelga de hambre, las chiquillas venían acá con sus notebook a conectarse, ocupaban mi baño, siempre trate de ayudarlos.” Y con esas frases me mató, empecé a recordar todo lo que han vivido: las dos largas huelgas, la ilusión de que las cosas serían distintas y tendrían un juicio justo sin ley anti terrorista, la angustia y luego la desilusión…

“Llego a la guardia, gendarmería toma datos, pregunta a quien vas a visitar, saca una foto, en otro control revisan la y revisan las cosas que se llevan. Por radio avisan “van visitas al modulo especial”…

“Al llegar me recibió un joven de melena negra y una sonrisa gigante, “Hola, Huenuche” se presentó. Saludó de beso en la mejilla, yo lo abracé emocionada. Tomaba mate en un pomelo, estaba con sus familiares, nos preguntó quienes éramos, si éramos del sur, dijimos “no, somos de santiago”.

“Le contamos que queríamos conocerlos, darles animo, que admiramos mucho la lucha que llevan a cabo, preguntó a que nos dedicamos y si conocíamos a alguno de los presos, respondimos que no, que sólo ubicamos en persona a Natividad Llanquileo. Fue dificil expresar el anhelo de conocerlos, en el saludo…

Pregunté por los allanamientos después de los incendios, dijo “ah si pos, nosotros esperábamos eso en todo caso, si estamos presos, mira como nos vigilan” justamente había un gendarme mirando, al lado de nosotros, parado en el muro. Le entregué los cuatro chocolates, después me sentí mal porque José cuenta que son ocho los PPM en la cárcel de Angol…

Estábamos en eso y entró Ramón Llanquileo, dijo un Hola, en forma general y volvió al pasillo de los dormitorios, al igual que cuando vi a José me impresionó lo jovencito. Y bueno atrás venía Hector Llaitul, líder innato, se paró delante del grupo y se presentó con voz bien fuerte, en ese momento sinceramente quise llorar, por todo, por la emoción de ver al compañero mas repuesto, no había visto imágenes después de la huelga de hambre, pero al mismo tiempo estaba angustiada de conocerlo en una cárcel, nos saludó uno a uno. Preguntó a José: “quienes son?” José ríe y dice “son de la PDI”.  Impresionante Llaitul, empezó a interrogarnos sin piedad: nombre, profesión (somos colegas me dijo), universidad en la que había estudiado, lugar de residencia, si éramos pareja, si la niña que nos acompañaba era nuestra hija, se pasó, y nosotros le respondíamos todo rapidito!..

Comentamos que es bueno que estén todos los PPM juntos, dice que si, que de todas maneras, que fue una lucha ardua pero importante conseguir ese espacio, porque en la cárcel de Temuco y otras, los PPM están con los presos comunes. Comenté que aunque entiendo que cada preso tiene su historia, me parece terrible que mezclen presos políticos con comunes porque son muy distintos. Héctor bien cara de palo, dice los presos comunes son delincuentes y son bien desgraciados, cuando conversas con ellos cuentan cosas terribles, como le roban a viejitas, mujeres embarazadas, no respetan nada. Acá hay pura juventud presa y no respetan ni a sus madres que vienen a visitarlos, las retan cuando no les traen cosas de marcas, los ladrones de antes  tenían un mínimo de ética, los de ahora nada…

“Cambiando de tema le pregunté que pasó con la entrevista de Al Jazeera, que Gendarmería no permitió, nos cuenta que se aliaron varios medios internacionales y que ya presentaron la solicitud para entrevistarlo y ya va salir el asunto. Resultó en medio de la conversa, que a Hector le encanta el chocolate  =)   y la coca cola, empezó a repartir trozos y a comer. Y bueno ahí empezamos a hablar de política: hablamos de nuestra esperanza en el movimiento estudiantil, y el bien escéptico dijo “hay que tener ojo con eso, porque yo luché en mis años de estudiantes al lado de varios lideres  estudiantiles que ahora de adultos son los que nos reprimen con leyes injustas, con la policía etc… Y luego vino nuestro gran punto de convergencia: la Asamblea Constituyente, una nueva de forma de hacer país, de reconocer a los pueblos, de participar y hacer política. Super enfático y clarito Llaitul…

“Luego abandoné esa discusión y retomé la conversa con José, que seguía con su pomelo-mate y su familia. Me contó que es Auditor, que muchos no entienden porque siendo profesional tomó ese camino de la recuperación de tierras. Le pregunté si ahora estando preso volvería atrás y seguiría el mismo camino, dijo “evitaría algunas vueltas, pero la lucha por la que estoy condenado por supuesto que la daría de nuevo” otro nudo en la garganta..

“Que fuerte las convicciones por la cresta!!… cuenta que hay un taller de madera donde los chiquillos fabrican muebles y que él confecciona aros. Le pregunté si son los que vendieron en Santiago en un Café antes de la navidad y me dice que si, yo como cabra chica emocionaaa’ le digo que soy dueña de un par de sus aritos. Se reía y me decía que no le gusta santiago, que fue una vez, pero no hubo conexión…

“Y bueno después llegaron uno amigos estudiantes a visitarlos y preferimos dejarlos con ellos… Héctor se despidió bien serio, José Huenuche dijo “pero por que se van?” nos abrazó y dijo, denle saludos a Natividad. Le dije “voy a volver un fin de semana José, con mi amiga que también quiere venir a compartir con ustedes, animo”.

“Escribí esta nota -entre harto lagrimeo- más que nada para que los que solidarizan con la resistencia mapuche, indígena, o medioambiental se animen y vayan a Angol a visitar a José, a Héctor, a los ocho. No sé como explicar la emoción que sentí al conocer a José y su familia, a Héctor, tal vez por eso me alargué tanto, fue muy fuerte aterrizar mi admiración por esos grandes héroes. Hombres, cabros de carne y hueso, que no se quejan y regalan su vida, como dijera Víctor Jara, como no ir a visitarlos. Forman parte de un  pueblo aniquilado poco a poco pero porfiado, admiro a los mapuche que siguen viviendo en comunidad, y a los que luchan por su tierra para volver a hacerlo (por lo que murió Matías Catrileo y cuyo asesino no va a pagar ni con un día de cárcel, ese disparo por la espalda) y sufro por los que se quedaron (por los que nos quedamos) sin la tierra, sin el bosque, sin el agua, sin el aire, sin esa forma de vida y sin historia, que sin idealizarla era harto mas sustentable, equilibrada, y aterrizada a como habitamos la tierra hoy, los chilenos somos mapuche pero olvidamos, negamos..”

Gonzalo Manquepillán O.

(Puede leer el texto integro de este relato en este enlace.)

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