"Ser
machi significa haberlo sido en otra vida. Por eso siento el sufrimiento que mi
pueblo carga en los hombros desde hace siglos. Mientras más iba aprendiendo de
los machi, más entendía hasta qué punto nuestra cultura había sido atropellada
y más me resultaba urgente reconstruirla. Nadie está preparado para resistir.
Pero yo no tenía opción. Resistir a diario significa aprender —o reaprender— a
hablar mapudungún, enseñarlo a los niños y jóvenes y proteger los lugares
sagrados, la tradición y las costumbres"
Con
estas palabras se autodefine Millaray Huichalaf , una joven de un poco más de
22 años que es la Machi del sector Maihue Carimallín y además vocera y
defensora del espacio sagrado de Kintuante, emplazado a orillas del río
Pilmaiken en la zona de Río Bueno, el que es amenazado en inundarse y
desaparecer por la construcción de una central hudroeléctrica de la empresa eléctrica
Osorno S.A., y tenazmente defendida por las comunidades mapuche williche del
sector desde julio de 2011, cuando Juan Heriberto Ortiz, carabinero jubilado,
representante de la Iglesia Evangélica Pentecostal y dueño de las tierras donde
se hallan el cementerio y el centro ceremonial sagrado mapuche de Osorno,
autorizó que la compañía Pilmaiquén talara robles centenarios para levantar la
represa. Con el coraje de los mapuche de Mantilhue, El Roble y Maihue se
instalaron en las tierras sagradas el 12 de julio de 2011 y Millaray, quien se
convirtió en su vocera, declaró que no permitirían que las empresas siguieran
burlándose de su cultura y eludiendo la Ley Indígena que, al menos en teoría,
protege los territorios ancestrales.
El
17 de agosto de 2011 llegaron a La Unión un centenar de mapuche huilliche
encabezados por los machi Millaray Huichalaf y Tito Cañulef a reunirse con el
gobernador y contaron incluso con la venia de Conadi quien señaló que
efectivamente los terrenos reclamados por las comunidades eran territorio
sagrado para el pueblo mapuche y debía haber una revisión de los tratados y
cesiones de ellos a particulares y empresas depredadoras del espacio ceremonial
donde hospeda el Nguen Kintuante, espíritu sagrado de aquella zona y donde se realizaban nguillatunes y
ceremoniales.
Desde
esa fecha en adelante, comienzan los trámites en tribunales de Valdivia para
revisar el reclamo de la comunidad mapuche williche y junto con ello la Empresa
Eléctrica de Osorno continuaba con las labores para la instalación de no una
sóla, sino varias represas a orillas de un río Pilmaiquen. La voz se levantaba
más fuerte en la machi Millaray Huichalaf, quien participaba en diversos
seminarios y foros explicando su lucha y la demanda de las comunidades para salvar el espacio
sagarado que da vida al mapuche williche de esa zona.
Paralelamente
a esto y por su valiente decisión de estar al lado del pueblo mapuche que sufre
la criminalización y encarcelados quienes participan en los procesos de
recuperación territorial, también a ella se le fue vinculando a actividades que
el estado señala como peligrosas para la “convivencia” social y de progreso como ocurre con otras
autoridades ancestrales de la región de La Araucanía, como lonkos, werken y
machis. Varias veces se intentó vincularla a acciones desarrolladas en la zona
y varias veces también fue amenazada de allanamientos y órdenes de detención.
Ayer
jueves 30 de enero, de madrugada, se cumplió lo que se esperaba. Fue allanado
su domicilio y ella apresada en un operativo policial realizado tanto en Río Bueno como en Osorno.
Seis domicilios allanados y seis detenidos por orden del fiscal Sergio Fuentes en
el marco de la investigación a un ataque incendiario ocurrido en el fundo Pisu
Pisué el 10 de enero, recién pasado. La información oficial señala que en el
domicilio de la machi se incautaron armas de fuego hechizas, municiones, ropa ,
accesorios militares, teléfonos celulares y panfletos alusivos a las
reivindicaciones mapuche. Fue dejada en prisión e incomunicada hasta el día de
hoy, cuando se resuelva su situación procesal en los tribunales de Río Bueno a
las 15 hrs. y donde diversas organizaciones mapuche de todos los territorios
llaman a solidarizar con sus autoridades ancestrales por este nuevo atropello a
la dignidad, criminalizando las legítimas demandas de respeto a su territorio y
defensa de su espacio sagrado y ceremonial.
La
situación de los machi Millaray Huichalaf y el machi Tito Cañulef de Kunko, se
suma a lo que en los últimos días ha sido la detención y juzgamiento al machi
Celestino Monsalve, vinculado al incendio en la zona de Yeupeko en casa de la
familia Luchsinger, ocurrido en la primera semana de enero.
Gonzalo
Manquepillán O. (Para www.laopinon.cl)
Dios nos hará justicia
ResponderEliminarCualquiera que encarceló a un inocente será juzgado duramente por Dios, quien sabe de los espacios sagrados de la naturaleza y el origen de estas tierras, Dios hará justicia y la fuerza de la tierra se moverá para dañar a quienes creen poder imponer lo que son sus planes de tinieblas por sobre las tierras sagradas, no saben al poder que se enfrentan ni lo que están desafiando.
ResponderEliminarOremos por la Machi
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