Uno de los nombres femeninos más conocidos en el territorio y que también se ve en la ciudad es sin duda el de Millaray; de origen mapuche que significa Flor de oro/plateada, flor fragante/agradable, esencia sutil de fragancia, dependiendo del contexto donde se inserte, aunque la acepción Flor de Oro es la que generalmente se conoce como la más correcta.
Durante estos últimos dos años he tenido el honor de conocer a tres Millaray que tienen historias personales diferentes, pero que en algún momento las han cruzado y se han visto inmersas en la misma lucha por la defensa de su pueblo, de su cultura y de la liberación del Pueblo Nación Mapuche. Ellas, unas rayen de oro que son madre, compañera e hija de ese jardín de dignidad que el estado y las empresas invasoras del territorio mapuche han querido reemplazar por plantaciones de empresas forestales, encarcelando, criminalizando y reprimiendo a diario a quienes riegan y defienden esa tierra (Mapu) que les da vida.
Cómo no recordar a Millaray Contreras Caullán, esa valiente Machi de la Comunidad de Quilaco de Traiguén, a quien vimos en cada momento junto a los Presos Políticos Mapuche de la Coordinadora Arauco Malleco, en la cárcel, en los hospitales y en las marchas que se realizaban para exigir un Juicio Justo en medio de las Huelgas de Hambre y exigir su libertad. Ella fue una de las machi vejadas por personal de gendarmería, carabineros, de la PDI y el Fiscal Luis Chamorro en la cárcel de Angol, aquella vez en que fue humillada la dignidad y violentadas sicológica y espiritualmente la cosmovisión mapuche al requisársele su kultrún y dejándola sin parte de su vida. Una machi sin kultrún se enferma, no es machi, porque es parte de ella. Tiempo después, en una foto que recorrió el mundo, en la alameda de Santiago se le vio tocando su instrumento heroicamente en las narices de una oficial del organismo represor causante de la afrenta de aquella vez y responsable de la organización que diariamente humilla a decenas de comunidades con sus políticas represivas.
Y en el sur, en el territorio williche, otra joven machi, Millaray Huichalaf, salta a la palestra como principal representante en la defensa del Ngen Kintuante en el río Pilmaiken, el espacio sagrado mapuche donde la Empresa Eléctrica Osorno pretende instalar una decena de represas hidroeléctricas, lucha que se transforma en una actitud natural para Millaray, quien dijo: "Nadie está preparado para resistir. Pero mi opción es resistir, y porque siento el sufrimiento que mi pueblo carga sobre sus hombros desde hace siglos, estoy para proteger los lugares sagrados, la tradición y sus costumbres".
Millaray Huichalaf también ha estado en la zona de Arauco y Malleco, en el corazón del territorio mapuche, donde las empresas forestales, papeleras, mineras y de energía eléctrica, se apropiaron de las tierras mapuche aprovechando la indiferencia del sistema político y judicial chileno. Ella también ha estado muy ligada como machi, como autoridad ancestral, en la defensa de la dignidad de los Presos Políticos Mapuche encarcelados por luchar por la recuperación del territorio usurpado.
Dentro de las voces que se levantaron exigiendo el Juicio Justo a los comuneros mapuche de la Coordinadora Arauco Malleco procesados por el montaje conocido como Juicio Cañete, se alzó la de Millaray Garrido Paillalef, compañera de José Huenuche, uno de los cuatro comuneros finalmente condenados y quien jamás claudicó en luchar por la libertad de su compañero, de los presos y de todo su pueblo. Y desde su Cañete, semanalmente se trasladaba a la cárcel de Angol, a Victoria, a Temuco, a Lebu.
Su constante y firme convicción por demostrar que su compañero no es un delincuente como lo ha señalado el Estado, la concentró en el desafío personal de tener a su compañero fuera de la cárcel, lo que logró el fin de semana pasado con la obtención del beneficio de salida dominical de José Huenuche.
Millaray señaló en un sentido resumen de ese día “Por amar la vida, la libertad, la tierra que pisamos, el aire que respiramos, nos arrebataron la libertad, por unos pinos, por un dictador y torturador, por un fiscal corrupto e inmoral. Nos quitaron nuestras familias y no lo lograron, aquí estamos… como el primer día de estos tres años, a tu lado, en las buenas y en las malas… en todo momento. Lo conseguí, te sacamos de allí. Te tenemos de vuelta a medias, pero estarás pronto junto a tus hermosas hijas, a tu familia que te ama y la gente que te admira y respeta”. Así habla Millaray quien además no se conforma solo con la libertad de su compañero, sino que señala “Este es solo el principio, aun nos faltan dos, Ramón y Jonathan (Llanquileo y Huillical), siempre, en todo momento estuvieron en nuestros corazones y oraciones. Sabemos que estarán también con los pu lonko pronto, y en libertad”.
Y ese es el orgullo que se siente como mapuche, de tener a nuestras Millaray. Esa Flor Dorada de un jardín de Dignidad que han querido sepultar con pinos y eucaliptos en el Territorio Mapuche, pero que cada día florece con más fuerza defendiendo esa misma dignidad, la cosmovisión, la cultura, los espacios ancestrales, y por sobre todo el territorio que nos pertenece y el derecho de ser mapuche.
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